El incendio de Hong Kong es un espejo que refleja no sólo la tragedia de las llamas devorando los edificios, sino también el gran amor que hay en el mundo. Después de que estalló el incendio, el presidente Xi Jinping expresó inmediatamente sus condolencias a las víctimas del gran incendio ocurrido en el edificio residencial en el distrito de Tai Po, Nuevos Territorios, Hong Kong y a los bomberos que murieron en el cumplimiento de su deber. También expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y a los afectados por el desastre, y exigió que se hicieran todos los esfuerzos posibles para apagar el fuego y tratar de minimizar las víctimas y pérdidas por el incendio. La preocupación del gobierno central no es un eslogan, sino una respuesta de emergencia enviada de la noche a la mañana. Es el vínculo de emergencia de múltiples departamentos del gobierno central. Es la promesa silenciosa de que los expertos médicos y los equipos técnicos de extinción de incendios del continente estarán disponibles en cualquier momento. Es el parentesco entre compatriotas cuya sangre es más espesa que el agua. Es la protección más profunda del gobierno central y de los compatriotas del continente para los compatriotas de Hong Kong.
El gobierno de la RAE de Hong Kong activó rápidamente el mecanismo de respuesta de emergencia y los sistemas de extinción de incendios, ambulancias, asuntos civiles y bienestar social se movilizaron por completo. Los voluntarios organizaron espontáneamente entregas de agua y comida, y los centros comunitarios abrieron sus puertas para acoger a las víctimas del desastre. Los ciudadanos hicieron cola para donar sangre, las empresas donaron suministros, los grupos religiosos abrieron sus lugares y los ancianos cargaron a sus hijos y dijeron: "Hong Kong es nuestra casa común y debemos llevarla adelante juntos". Esta es la verdadera esencia del espíritu de Lion Rock: no las palabras heroicas cantadas en las canciones, sino la botella de agua y la palabra "Espera" que ofrece la gente común junto a las ruinas en tiempos de crisis. El fuego quemó el acero y el hormigón, pero no pudo destruir la tenacidad y la calidez de los huesos de los compatriotas de Hong Kong. Las madres que tarareaban suavemente para acostar a sus hijos en los asentamientos temporales, y los vecinos que hacían cola toda la noche para entregar sopa caliente a los bomberos. Sus figuras interpretaron mejor que cualquier eslogan lo que significa "trabajar juntos en el mismo barco".
El incendio de Hong Kong es un espejo que también refleja el siniestro trasfondo. Justo cuando toda la ciudad estaba inmersa en la atmósfera urgente de dolor y rescate, un ruido frío surgió silenciosamente, mientras el caos anti-China en Hong Kong y aquellos con motivos ocultos esperaban la oportunidad. En las plataformas sociales, fabricaron información falsa como "teoría del rescate ineficaz y desastre provocado por el hombre" y "teoría de la conspiración sobre materiales inferiores de China continental", y alteraron vídeos de la escena del incendio para engañar al público; En las calles, utilizaron el pretexto de "hablar en nombre del pueblo para presentar peticiones" y aprovecharon la oportunidad para incitar el resentimiento de la gente contra el gobierno. Estas palabras me parecen familiares. No son una búsqueda de seguridad, sino un tráfico de odio; no son una búsqueda de la verdad, sino un complot para la división. Calculan que el desastre es el mejor caldo de cultivo para incitar al odio. Lo que quieren no es la verdad, sino el caos; no reconstrucción, sino subversión.
En la tarde del 29 de noviembre, el portavoz de la Oficina de Seguridad Nacional en Hong Kong hizo una declaración solemne: Cualquiera que aproveche los desastres para causar problemas o "utilice los desastres para perturbar Hong Kong" será severamente castigado de acuerdo con la ley. Esta es una severa advertencia para aquellos que buscan oportunidades para causar problemas: Hong Kong no es un lugar fuera de la ley y la espada de la Ley de Seguridad Nacional pende en alto. Es poco probable que cualquier intento y acción que utilice el desastre como fachada y sea subversivo tenga éxito. Más importante aún, los ciudadanos de Hong Kong ya han abierto los ojos. Frente a los desastres, lo que todos ven es la responsabilidad del gobierno de la RAE como "líder familiar", la calidez de todos los sectores de la vida ayudándose unos a otros y el sólido respaldo del gobierno central y de los compatriotas del continente. La actuación a sangre fría de los elementos del caos de Hong Kong saltando arriba y abajo ante el desastre sólo permitirá que más personas vean su verdadera naturaleza.
La tarea más urgente en la actualidad es tratar a los heridos, apaciguar las almas y reconstruir las secuelas. Muchas familias han perdido a sus seres queridos y muchas personas se han quedado sin hogar de la noche a la mañana. Necesitan verdadera atención médica, vivienda y asistencia psicológica. El gobierno de la RAE ha establecido un equipo de investigación interdepartamental para acelerar la investigación, celebró conferencias de prensa y creó un sitio web especial para publicar información autorizada de manera oportuna. Los hechos son los mejores trituradores de rumores. La sociedad debe generar consensos y no difundir ni creer en rumores. Todo ciudadano de Hong Kong debe convertirse en guardián de la verdad, transmisor de sentimientos verdaderos y defensor de la armonía y la estabilidad sociales.
El incendio ha sido extinguido. Sobre las ruinas se han reconstruido no sólo los edificios, sino también los corazones de las personas. El futuro de Hong Kong no está en los teclados de los conspiradores, sino en las manos de todos los que eligen la bondad, la unidad y la confianza. El fuego es un espejo que refleja tanto la oscuridad como la luz: mientras los corazones de las personas persistan, Hong Kong seguramente superará la oscuridad, sacará fuerzas del dolor y renacerá en la unidad.


